VIERNES TRECE

Pánico daba la ruta preparada para tan peculiar fecha, descenso del boquerón y subida por el puerto de las pilas, con el aliciente de poder disfrutar de una noche estrellada y ver alguna estrella fugaz.
Cinco bikers o gambas éramos de la partida, podemos nuestras máquinas rumbo a Tornadizos, subiendo por naturávila y sintiendo pánico en el km de carretera que hay que hacer, joder como pasaban los coches.

Ponemos las luces en modo económico, osea apagadas, al comienzo de la vereda que nos lleva al boquerón, como no contábamos con la presencia de ningún miembro del blog alternativo,no hubo mas remedio que encenderlas.


Comenzaba el plato fuerte de la noche, nos lanzamos como posesos, la noche no impide que el descenso sea bastante rápido, los lupichines se esfuerzan al máximo pero no impiden que tengamos varios sustos.Debió ser un expectáculo desde la carretera, pues varios coches pararon a ver que eran esas luces extrañas.Llegada al final del descenso, cada uno cuenta su propia experiencia, en general todos disfrutamos como niños.
Nos quedaba el segundo plato, la subida al puerto de las pilas, el aire comienza a ser intenso, se notaba un fresquillo que vendría bien para apaciguar el calentón que nos esperaba.La subida se hace mas corta que de costumbre, creo que como no ves lo que te queda, los pasos más dificiles hoy parecen pistas, eso sí, las zarzas te abrazaban como nunca.En la fuente tomamos un refrigerio para probar la utilidad de los vasos plegables.
Ponemos otra vez rumbo a Tornadizos , descendiendo por la vereda pegada a la carretera.En el pueblo, oh sorpresa, eran las fiestas, nos encontramos con el amigo Toño que nos invitó a unos chispazos y calimocho. Con las miradas un poco perdidas terminamos la ruta.