ESTUVIMOS EN BALBOA

Sábado 7,00 am voy a buscar a Carlitos , las bicis estaban cargadas en el coche desde la noche del Viernes, envueltas en las mantas para que no sufran.Nos esperan 350 Km para llegar a Balboa, con la emoción, el viaje se pasará volando.
Sobre las 9.45 llegamos al pueblo,la primera impresión de la zona fue muy buena, el personal andaba un poco retrasado como era de esperar, así que tuvimos tiempo de tomarnos un café y una tostada con los colegas.



El grupo se formará con los habituales,con alguna baja significativa como la de Blanco que esperemos esté recuperado para picos.



Salida sobre las 10.30 primeros km perreros con el aliciente de atravesar un campo de ortigas, que luego se demostró que nos vendría bien como anestesiante para las piernas.
Con las piernas entumidas comienza la subida del día, que digo del día del mes.Las primeras rampas duras se suben porque hay que subirlas, estábamos fuertes y sobre todo no sabíamos lo que nos esperaba. Lo que nos esperaba eran unos 4 km en los que ganaríamos 800 metros de desnivel, daba miedo mirar al que venia detrás. Lo peor fue que íbamos detrás del amigo Aitor, que nos marcaba el ritmo(3 por hora) y por aquello de la dignidad se hizo casi toda la subida montados.

Para el descenso se selecciona un cortafuego, un camino reseco con un montón de piedra suelta, para terminar por un tramo del camino de Santiago que menos mal que en la actualidad solo lo transitan los extranjeros, me pareció ver un chino.
Llegamos al río donde sería la comida, bueno baño, comida ,siesta ,baño, sesión de chistes, reparación de averías, he dicho baño, vamos que mas de dos horas para recuperarnos del esfuerzo matutino.


Ya recuperados sobre las 5.30 comienza la segunda parte de la etapa, otra subida de cagarse esta vez amenizada por los helechos, para llegar a un pueblo donde pudimos admirar la belleza de una palloza restaurada, a poco nos quedamos allí, el grupo se puso en marcha olvidandose de nosotros, menos mal que el amigo Edu rompió la patilla del cambio y "nos esperaron".
Descenso al pueblo expectacular entre robles, con una voltereta sin consecuencias para mi ni para la bici. Visita cultural a el castillo con foto de rigor de los supervivientes.

Duchita de rigor con agua fría como era de esperar, ingesta de un par de cervezas, besos al personal y de vuelta para casa.
Hasta pronto amigos.
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